“Dos son mejor que uno, porque sacan más provecho de sus afanes. Si uno de ellos se tropieza, el otro lo levanta” (Eclesiastés 4:9-10)

El ejemplo de amistad de David y Jonathan sin duda alguna representa un modelo a seguir dentro del contexto del trabajo transcultural, los amigos son altamente necesarios, llenan una necesidad emocional innata en nosotros y constituyen un soporte en todas las áreas de nuestra vida, indudablemente amigos podemos tener muchos, pero los verdaderos se generan en un largo proceso a lo largo de nuestra vida; siendo así, considero que tener verdaderos amigos es un regalo invaluable de parte de Dios para nosotros ya que dentro del contexto del trabajo transcultural el obrero se expone a episodios muy fuertes de soledad, incertidumbre y desesperanza y es allí cuando se necesita ese impulso de camaradería de aquellos con quienes se comparte de una amistad trasparente y sincera. Creo por lo tanto que las amistades se podrían dividir en el siguiente tipo de personas:
- Aquellos que se llaman (pseudo) amigos pero que nos buscan sólo cuando necesitan obtener un beneficio por parte de nosotros (Con las riquezas aumentan los amigos, pero al pobre hasta su amigo lo abandona Pr.19:4, NTV)
- Aquellos que son simplemente conocidos y que de vez en cuando se mantiene cierta comunicación pero no hay mayor confianza o estabilidad (Confiar en alguien inestable en tiempos de angustia es como masticar con un diente roto o caminar con un pie cojo Pr.25:19, NTV)
- Los verdaderos amigos, en quienes uno se puede apoyar y con quienes uno se puede presentar tal como es, sin máscaras o intenciones ocultas y sospechosas (Por tanto, confórtense (aliéntense) los unos a los otros, y edifíquense el uno al otro, tal como lo están haciendo 1Ts.5:11 NBLH)
Básicamente, hay ciertas cosas saludables y esenciales que se pueden producir en el contexto de una verdadera amistad. Acá les dejo una pequeña lista de elementos:
Compartir experiencias
Procesar experiencias y externarlas puede llegar a ser altamente saludable para fortalecer la amistad, que bueno es escuchar a un buen amigo decir: “¡Hey cuidado, por ese camino no te vayas que yo fui por allí y me fue muy mal!”, las experiencias en el campo misional pueden ser tesoros de conocimiento y sabiduría, en ellas encontramos lecciones aprendidas, errores, alegrías y logros. Escuchar a otros puede ser un gran oasis para navegar, aprender y seguir creciendo.
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Aprender mutuamente
El aprendizaje adquirido en el contexto transcultural, es otro de los tesoros que surgen cuando conversamos con nuestros amigos que están haciendo misión en diferentes lugares del mundo. Hay muchas cosas que nunca aprenderemos por medio de los libros, revistas o documentos misioneros, cada conversación debe de ser una oportunidad de oro para aprender y crecer mutuamente.
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Hablar cosas que no se hablarían con nuestros superiores
Este es otro de los elementos de suma importancia, muchas veces nuestra mente y corazón están cargados de emociones y pensamientos que solamente somos capaces de evacuar con nuestras verdaderas amistades. Considero que las relaciones verticales a veces limitan el flujo información y condicionan lo que a veces es urgente de expresar; construir confianza es algo que se logra más fácilmente cuando la amistad se construye en una línea horizontal bajo la premisa de la igualdad.
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Camaradería sin máscaras, amor genuino e incondicional
Nuestro Señor Jesús quiso establecer un tipo de relación diferente con sus discípulos, lejos de instaurar un trato verticalista optó por crear una plataforma de igualdad y confianza. Con ciertas personas estamos acostumbrados a usar máscaras, ¿cierto?, pero cuando nos encontramos con nuestros amigos genuinos podemos ser tal cual somos, sin pretender proyectar una imagen irreal. En algunos momentos pretendemos ser “súper-espirituales” y esto nos puede llevar a ocultar nuestras verdaderas luchas y debilidades que enfrentamos como seres humanos; esta es una de las cosas en las cuales nuestros amigos del mundo nos sacan ventaja, ellos simplemente son como son, son auténticos y no se esconden entre máscaras de hipocresía o falsedad. Algunas veces nosotros deberíamos de aprender de ellos.
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Pedir ayuda o buscar consejos
Conozco muchos amigos que pretenden saber todas las cosas, y terminan siendo sabios en su propia opinión, pero también tengo el privilegio de tener muchas amistades que en algunos momentos han reconocido su necesidad de escuchar un consejo o un punto de vista diferente. Contar con personas a quienes podamos acudir en tiempos de necesidad es un regalo de Dios, ya que cuando pedimos ayuda o buscamos la orientación franca, sincera y transparente es una señal que reconocemos nuestras debilidades y limitaciones.
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Orar en la distancia
No olvidemos entonces que contar con un amigo es un regalo ya que la Biblia dice: “Hay amigos que no son amigos, y hay amigos que son más que hermanos” (Proverbios 18:24)